miércoles, 26 de febrero de 2014

¿Cómo hemos hecho el trabajo?

 La elección de la temática de nuestro trabajo fue rápida, nosotras dos, queríamos aprender cosas acerca de qué es lo que está pasando con la lengua en nuestros días, todos vivimos en un mundo en el que las TIC, están a la orden del día, pero también vivimos en un mundo moderno en el que en ocasiones ,tanto de forma oral como de forma escrita no nos comunicamos en castellano, lo hacemos en una mezcla de este con el lenguaje visual, intentamos escribir utilizando fonemas en vez de grafías correctas...
En resumen, este era un tema que nos preocupa de alguna manera y por ello hemos investigado acerca de él.

Desde que decidimos qué era lo que íbamos a hacer en nuestro trabajo, hemos consultado fuentes diversas tanto escritas como orales.
Hemos realizado encuestas en nuestros ámbitos más cercanos, en nuestra ciudad, en su momento consultamos a una profesora de una universidad, y hemos consultado diversas páginas web y algún libro.

Las conclusiones a las que hemos llegado son principalmente que evidentemente la lengua está evolucionando, y pese a que esta evolución está creando un escándalo social, el castellano lleva evolucionando desde su nacimiento, es más nació a partir de  una evolución.
La manera en la que está evolucionando, es rápida y no le gusta a todo el mundo, pero quizás no hay que darle tanta importancia a lo que ocurre, el grado de importancia que le demos depende de a posición que defendamos, quizás nos estamos convirtiendo en personas incultas o quizás estamos evolucionando con la lengua que hablamos.

Hemos aprendido muchísimas cosas acerca de la evolución del latín hasta nuestro idioma actual, aspectos importantes sobre el libro, y muchísima información sobre las TIC y lo que dicen los expertos acerca del tema sobre el que hemos investigado.


BIBLIOGRAFÍA

Para la elaboración del trabajo hemos consultado:
Fuentes orales
´´La historia del libro`` de la editorial SM
Páginas web como:
www.jbrignone.com.ar/latinsonidos.HTML
www.cultureduca.com/leng_ortog_problemas02.php
www.redessociales.net
Artículos de prensa:
http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/03/19/actualidad/1395260730_025818.html
Otros enlaces de interés
 http://www.esdelibro.es/
www.elblogdelengua.webnode.es
 www.rae.es

 
Después de la realización del trabajo, hemos reflexionado acerca de los derechos de autor.
Cada persona tiene su propia mentalidad, que se ve reflejada en todas y cada una de las cosas que pueda publicar, anunciar, compartir....etc.
Nuestro blog habla en resumen de cómo la comunicación evoluciona. La base de toda comunicación debe ser el respeto, por ello es importante que siempre que se utilize material elaborado por cualquier persona, se haga referencia a la misma en la bibliografía de los trabajos.

domingo, 23 de febrero de 2014

RELACIÓN CON LA LITERATURA

  EL DIÁLOGO DE LA LENGUA DE JUAN DE VALDÉS

Juan de Valdés nació en Cuenca a fines del siglo XV. Lo cierto es que no poseemos demasiados datos biográficos acerca del autor. Sabemos que su hermano Alfonso va a la corte y se piensa que Juan pudo acompañarle. Juan de Valdés formaba en 1523 parte de la servidumbre de don Diego López Pacheco, marqués de Villena. Su educación corrió a cargo del consejero espiritual del marqués, Pedro Ruiz de Alcaraz, que sería, posteriormente, procesado por la Inquisición. Completó sus estudios en la ciudad de Alcalá de Henares y, como señala Juan Lope M. Blanch, es ahora cuando comienza su relación epistolar con Erasmo de Rótterdam. Su única obra de contenido no religioso es el Diálogo de la lengua (1535). Su Diálogo de la doctrina christiana (1529) tuvo una muy mala acogida por parte de la Inquisición, tal fue así, que tuvo que huir a la corte del Papa Clemente VII para, posteriormente, reunirse con su hermano Alfonso, cosa que jamás llegó a suceder, pues Alfonso falleció antes de que se encontrasen. El emperador Carlos V nombró a Juan de Valdés archivero de Nápoles donde falleció. Muchas obras del autor se han perdido pues no era seguro para él enviarlas a la imprenta, sin embargo, sí se publicaron algunos libros suyos después de su muerte en 1541. Otras obras del autor son: Alfabeto cristiano (1546) o Ciento y diez consideraciones divinas (1550).




La Prose della volgar lingua (1525) de Pietro Bembo tuvo que influir decisivamente en Juan de Valdés, sin embargo, llama la atención que Valdés tuviera en tan poca estima la normativa que mostraba laGramática castellana (1492) de Antonio de Nebrija porque piensa que cambia muchas palabras castellanas por vocablos latinos; además, desacredita lingüísticamente a Nebrija por ser andaluz, puesto que piensa que en Andalucía no está ‘el castellano muy puro’. Hemos de recordar que Juan de Valdés era fiel seguidor de las enseñanzas de Erasmo de Rótterdam. El diálogo es una de las formas literarias más utilizadas por los erasmistas en el Renacimiento. Tres son los tipos de diálogos que podemos encontrar: platónico, en donde un maestro transmite unas enseñanzas a sus discípulos, normalmente, de carácter filosófico; ciceroniano, diálogo en el que el maestro emite un discurso expositivo que es interrumpido por los discípulos para que se les aclaren determinados aspectos; y, finalmente, el diálogo lucianesco, que inserta elementos fantásticos y crítico-humorísticos en un diálogo platónico.


La obra es un diálogo de cuatro personajes de distintas nacionalidades (dos españoles y dos italianos) en el que llama la atención la cordialidad existente entre ellos. La obra comienza con una brevísima introducción en la que casi se solapan la preparatio y la prepositio y a la que siguen ocho capítulos que tratan sobre diversas facetas de la lengua. Destaca que las opiniones que Valdés emite acerca de los diversos problemas lingüísticos que le plantean sus interlocutores han sido sorprendentemente acertadas en gran parte de los casos, pues el tiempo le ha dado la razón. El lenguaje ha evolucionado confirmando sus elecciones y posturas ante cuestiones de tipo ortográfico, estilístico, léxico, literario, gramatical e incluso sobre la génesis de la lenguas vernáculas de la península ibérica.
Este diálogo sobre la lengua castellana se desarrolla en un lugar apartado, en la sobremesa. Los contertulios piden a Valdés que les aclare diversas dudas sobre algunas cuestiones de tipo lingüístico que les originaron las cartas que Valdés les escribía desde Italia. Se percibe un claro rechazo a la pedantería y la erudición, en esto influye que Valdés no se considera un sabio, puesto que piensa que el conocimiento que un hablante posee del idioma queda graduado a través del uso y, con todo, no ve propio responder preguntas sobre algo que aprendió con el uso y no en los libros y escritos, aunque finalmente accede a debatir sobre las cuestiones que se le proponen. Hemos de señalar que el personaje de Coriolano es un novicio de la lengua castellana, Pacheco es un español y Harcio, un curioso de ella. La polémica surge porque no es Valdés un gramático ni un teórico sino que sabe castellano por el simple, pero juicioso, uso que hace de la lengua. Y una forma de enriquecer nuestro conocimiento lingüístico es a través de la buena literatura pero, si este uso basta para los que tienen el castellano como lengua materna, no es suficiente para el extranjero, pues necesitará acudir a los libros ‘para hacerse buen estilo’.
Valdés critica duramente a la famosa Gramática de Nebrija que se publicó en 1492 por su novedad, en cambio, alaba el uso de los refranes pues, según él, es una sabiduría avalada por siglos de historia y conocida por el pueblo, aunque como veremos más tarde en el Quijote, la continua inserción de romances en el parlamento denota una pobre cultura, algo que ya se aprecia en el Diálogo de la lengua porque Torres, un personaje poco cultivado, acepta de muy buena gana que Valdés tenga a los refranes en tanta valía. Así, el protagonista prefiere el ‘escribo como hablo’, es decir, escribir como se pronuncia, sentencia que se habrá de hacer famosa. 
Podemos considerar que el Dialogo de la lengua es un libro de estilo basado en la propia experiencia personal del autor que se sitúa contrario a las normas tradicionales. Permítaseme cerrar la reseña con una cita de Lore Terracini: ‘Podemos afirmar que [...] el diálogo de la lengua constituye el testimonio y al mismo tiempo la norma libre del uso del español en los comienzos del siglo XVI’. Nada más cierto, es una joya, un documento de incalculable valor filológico y cultural.






DEL LATÍN AL CASTELLANO DE NUESTROS DÍAS




¿La gente sabe verdaderamente de dónde viene nuestro idioma?

 

1. Período Preromano

2. Incógnita en la información de la lengua española

¿Ha reflexionado alguna vez sobre la lengua que habla?, Si la respuesta es positiva, seguramente las preguntas que se habrá hecho pueden ser las siguientes: ¿De dónde proviene? ¿Cómo se integró? ¿Que relaciones tiene con otros idiomas? ¿Quiénes la hablaron primero? ¿Cómo ha evolucionado?, Etc. Estas interrogantes que aún están sin respuesta, y muchas más, intentaré explicárselo conforme adentramos en el tema.

Orígenes Los orígenes de nuestra lengua se remontan muchos siglos antes de nuestra era. Se supone que los primeros habitantes de lo que hoy es la península ibérica (España y Portugal), se establecieron a los lados de los Pirineos (cadena montañosa entre Francia y España). Estos grupos humanos hablaron una lengua que sobrevive en el idioma vasco (Se habla vasco en Vasconia, región de España).

En otra región geográfica -Costa de Levante- se establecieron los Íberos, de cuyo nombre tomó el propio la península. Su cultura probablemente provenía de las costas africanas. Tartesios La civilización Tartesia - influida por comunidades étnicas venidas de Orientes - se estableció en lo que actualmente es la región sur de Portugal y la parte baja de Andalucía. Se sabe que tal cultura predominó durante muchos siglos.

3. Fenicios y griegos

Los fenicios, venidos de Cartago, fundaron en el año 1110 A.C. la hoy ciudad de Cádiz, al sur de la península, a la que llamaron Gadir, posteriormente los romanos la llamaron Gades y los árabes, Qádis. La palabra gadir es de origen púnico y quiere decir recinto amurallado. Otra ciudad importante nacida a merced de los fenicios fue Málaga (Málaka: factoría, fábrica). Los griegos, desterrados del sur por los fenicios, se establecieron en la región de Levante. Ahí fundaron ciudades importantes como Lucentum, hoy Alicante, y Emporion, Ampurias. Estas dos influencias: la fenicia y la griega, propiciaron el desarrollo del arte ibérico, tanto en numismática como en escultura. La famosa Dama de Elche ha quedado como muestra del aculturamiento griego por parte de los iberos.

4. Ligures

Por lo que toca a las regiones del Centro y Noroeste, no se puede definir con exactitud qué grupo o grupos humanos llegaron a colonizar. Existe la hipótesis de una inmigración ligur (proveniente del Norte y Centro de Italia de la región de la Provenza. Dicha suposición se ha sostenido debido a los toponímicos (nombres de lugares) encontrados en diversas partes de España. Son característicos, aunque no exclusivos del idioma ligur, los sufijos "-asco", "-osca" y "-usco", por ejemplo: "Viascón", hoy Pontevedra; "Tarascón": Orense, "Piasca": Santander, "Beascos": Murcia, "Orusco": Madrid, "Biosca": Lérida. El sufijo "-ona", también es de origen ligur, por ejemplo: Barcelona, Tarazona, etc.

5. Celtas

Los celtas invadieron Hispania en el siglo VII A.C. procedentes del sur de Alemania. Se establecieron en Galicia, sur de Portugal y en la región llamada Sierra Morena. Más tarde se mezclaron con los iberos en el centro y Bajo Aragón, y formaron una región llamada Celtiberia. Los toponímicos de origen céltico son muchos. Casi todos ellos tienen nombres guerreros. Entran como elementos informativos de las palabras, lasvoces: "briga", que significa fortaleza, y "sego" o "segi" que indican victoria, por ejemplo: "Conimbriga": Coimbra, "Lacobriga": Carrión, "Seguvia": Segovia. La palabra "dunum", es sinónimo de "briga"; aquel elemento también entró en la formación de toponimias. Dichos lugares se encuentran localizados tanto en la región central como en la oriental de los Pirineos, por ejemplo: "Navardúm": Zaragoza, "Salardú": Lérida.

Carencia de unidad lingüística prerromana. No se puede hablar de una unidad lingüística en la península ibérica antes de la llegada de los romanos. Los alfabetos ibéricos y taresio sirvieron cada uno para diversas lenguas. Los grupos colonizadores conservaron y extendieron cada uno su propia lengua: griegos, fenicios, cartagineses, celtas, etc. Además de los idiomas mencionados hay que agregar el vascuence. La lengua vascuence El vascuence, lengua que hasta la fecha se ha conservado, y que no tiene relación lingüística con los demás que se hablaron y hablan en España, es un idioma cuyo origen es muy discutido todavía. Hay tres tesis:

·         El vascuence es de procedencia africana. Presenta coincidencias decisivas con las lenguas camíticas: bereber, copto, cusita y sudanés.

·         El vascuence es originario de la región del Cáucaso. Su estructura gramatical tiene mucha similitud con las lenguas caucásicas.

·         El vascuence es una lengua mixta. Se parece a los idiomas caucásicos en su estructura y origen. Incorporó numerosos elementos camíticos de las lenguas ibéricas, así como celtismos y, finalmente, abundantes latinismos.

La segunda y tercera teorías son las que se sostienen en la actualidad (mucho se debe a presiones de algunos "expertos", orientadas a alejarlo lo más posibles de orígenes africanos). El vascuence, desde su origen hasta el siglo X, fue una lengua que se transmitió por tradición oral. Textos más o menos amplios aparecen hasta el siglo XVI, pero sin llegar a tener la calidad de lengua culta. En nuestros días mantiene su primaria estructura gramatical, pero se ha visto sometida a la influencia del latín y de las lenguas romances. El vascuence ha dado lugar a muchos dialectos. Son de origen vasco numerosos toponímicos localizados principalmente a lo largo de los Pirineos. Para la composición de muchas palabras entraron en función los sufijos éuscaros (vascos): "berri": nuevo, "gorri": rojo, "erri":quemado. Nombres de origen vasco son: Urquiza, Ezquerra, Iruecha, Garray, etc. El vascuence es la única lengua prerromana que tiene vigencia en la actualidad. Se habla en las provincias españolas de Vizcaya y Guipúzcoa.

6. Los romanos

Los romanos emprenden la conquista de Hispania en el año 206 A.C. Antes, en el 218 A.C., los Escipiones habían desembarcado en Ampurias. La pacificación fue completa hasta el año 19 A.C., cuando Augusto sometió definitivamente a los cántabros y astures. Así, Roma, al conquistar nuevas tierras, acababa con las pugnas entre tribus, pueblos y ciudades, imponiendo su cultura, que traía el concepto de la ley y laciudadanía. Los romanos eran maestros en administración y derecho. Debemos recordar que el Derecho Romano sentó las bases de las legislaciones occidentales. Tampoco debemos olvidar que construyeron admirablemente calzadas, puertos, puentes y acueductos que aún están en pie. De hecho, los romanos transformaron completamente el modo de vida de los habitantes de Hispania, llevando a dicho pueblo no sólo las formas de vida latinas, sino la cultura griega, que ellos habían adquirido cuando conquistaron la región helvética. Muy pronto empezaron a levantar ciudades latinas en la península ibérica; en 206 A.C. fundaron Itálica. Se extendieron rápidamente por diversas regiones del país colonizado. Ya en el año 90 A.C., nativos de Salduia (Zaragoza) luchaban como hermanos al lado de los romanos en la guerra social de Italia.

7. El Latín

El latín lengua oficial de los romanos, se impuso rápidamente como instrumento de comunicación en todo el Imperio Romano. Los toponímicos indican que también hubo mezcla de elementos romanos con celtas y vascos. Por ejemplo "Gracchurris" (Alfaro) se formó del nombre de sus fundador Tiberio Sempronio Graco y de la palabra vasca "urris". Elementos romanos y celtas se combinaron para formar: Caesarbriga (Talavera) y Juliobriga (cerca de Reinosa) y Augustobriga (Ciudad Rodrigo). El latín, idioma claro y preciso, enérgico, práctico y ordenador, adquirió gracia cuando tuvo contacto con la lengua griega, Hispania fue testigo del florecimiento de la literatura latina que imitó, haciéndolos suyos, los modelos de los grandes maestros griegos. De esta manera, muchas palabras de origen griego han pasado a nuestro idioma en este periodo por medio de la imposición del latín. Por ejemplo: "philosophia" : filosofía, "poesis" : poesía, "mathematica" : matemática, "chorus" : coro, etc.

8. Lenguas indoeuropeas

El latín pertenece a las llamadas lenguas itálicas que se hablaron antes de Cristo en la península del mismo nombre. A su vez, dichas lenguas itálicas pertenecían al indoeuropeo, originario de casi todas las lenguas que se hablan en Europa. Además de latín son indoeuropeas: las lenguas célticas (que se hablaron en Hispania y hoy en Bretaña) y en la Gran Bretaña (irlandés, galés, escocés); las lenguas germánicas (el desaparecido gótico, los modernos alemán, inglés, holandés); las lenguas eslavas (ruso, polaco, checo, búlgaro y serbocroata), la lenguas escandinavas y también el griego y el albanés. Las lenguas que se hablan y hablaron en Europa que no pertenecen a la familia indoeuropea, son: el etrusco (desaparecido), el finlandés, el lapón, el estoniano, el húngaro y el vascuence, fuera de Europa, pertenecen al tronco indoeuropeo el grupo de lenguas indias y el persa. De lo que se concluye que gran parte del mundo actual tiene uno mismo antepasado lingüístico.

9. Forma de la lengua latina

Existieron dos clases de latín: el culto y el vulgar. El primero era usado por los escritores y gente preparada; el vulgar era hablado por el pueblo de Roma. Este fue el que se impuso en todas las colonias. Dicho latín presentaba diversas modalidades según la época de conquista del territorio, la procedencia de distintas regiones de la península itálica, la cercanía o lejanía de comunicación con la metrópoli, etc. De este modo, en cada territorio conquistado -no se puede usar todavía el concepto de nación- la lengua impuesta adquirió diversos matices de expresión. Con el devenir del tiempo, la evolución del latín vulgar, al lado de la conformación de las naciones, vino a dar lo que hoy llamamos lenguas romances, románicas o neolatinas: español, francés, italiano, provenzal, catalán, gallego-portugués, retrorrománico, rumano y sardo. En la actualidad el latín convertido en lenguas romances, sobrevive con diversas modalidades en España, Francia, Portugal, Italia, Bélgica, Suiza, Rumania, Hispanoamérica, sur de Estado Unidos, Filipinas y en otros muchos lugares del orbe, a donde fue llevado por los conquistadores españoles, portugueses y franceses, así como por los judíos sefardíes que fueron arrojados de España.

10. Fin de la dominación romana

La dominación romana terminó en el siglo V d.C., cuando desmembró el imperio. En nuestros días lo que se conserva de las lenguas prerromanas son unos cuantos sufijos: -arro, -orro, -urro: nuharro, machorro, baturro, -asco: peñasco. Se presume que los sufijos -az, -ez, -oz, que abundan en la toponimia peninsular española, también pertenecen al período estudiado. En el mismo caso está la "-z" terminal de los apellidos.

11. El origen, en otras palabras

Como dice Menéndez Pidal "la base del idioma es el latín vulgar, propagado en España desde fines del siglo III a.C., que se impuso a las lenguas ibéricas" y al vasco, caso de no ser una de ellas. De este substrato ibérico procede una serie de elementos léxicos autónomos conservados hasta nuestros días y que en algunos casos el latín asimiló, como: cervesia > cerveza, braca > braga, camisia > camisa, lancea > lanza.

Otros autores atribuyen a la entonación ibérica la peculiar manera de entonar y emitir el latín tardío en el norte peninsular, que sería el origen de una serie de cambios en las fronteras silábicas y en la evolución peculiar del sistema consonántico. Otro elemento conformador del léxico en el español es el griego, puesto que en las costas mediterráneas hubo una importante colonización griega desde el siglo VII a.C.; como, por otro lado, esta lengua también influyó en el latín, voces helénicas han entrado en el español en diferentes momentos históricos.

Por ejemplo, los términos huérfano, escuela, cuerda, gobernar, colpar y golpar (verbos antiguos origen del moderno golpear), púrpura (que en castellano antiguo fue pórpola y polba) proceden de épocas muy antiguas, así como los topónimos Denia, Calpe. A partir del Renacimiento siempre que se ha necesitado producir términos nuevos en español se ha empleado el inventario de las raíces griegas para crear palabras, como, por ejemplo, telemática, de reciente creación, o helicóptero. Entre los siglos III y VI entraron los germanismos y su grueso lo hizo a través del latín por su contacto con los pueblos bárbaros muy romanizados entre los siglos III y V.

Forman parte de este cuerpo léxico guerra, heraldo, robar, ganar, guiar, guisa (compárese con la raíz germánica de wais y way), guarecer y burgo, que significaba 'castillo' y después pasó a ser sinónimo de 'ciudad', tan presente en los topónimos europeos como en las tierras de Castilla, lo que explica Edimburgo, Estrasburgo y Rotemburgo junto a Burgos, Burguillo, Burguete, o burgués y burguesía, términos que entraron en la lengua tardíamente. Hay además numerosos patronímicos y sus apellidos correspondientes de origen germánico: Ramiro, Ramírez, Rosendo, Gonzalo, Bermudo, Elvira, Alfonso. Poseían una declinación especial para los nombres de varón en -a, -anis, o -an, de donde surgen Favila, Froilán, Fernán, e incluso sacristán. Junto a estos elementos lingüísticos también hay que tener en cuenta al vasco, idioma cuyo origen se desconoce, aunque hay varias teorías al respecto.

Algunos de sus hábitos articulatorios y ciertas particularidades gramaticales ejercieron poderosa influencia en la conformación del castellano por dos motivos: el condado de Castilla se fundó en un territorio de influencia vasca, entre Cantabria y el norte de León; junto a eso, las tierras que los castellanos iban ganando a los árabes se repoblaban con vascos, que, lógicamente, llevaron sus hábitos lingüísticos y, además, ocuparon puestos preeminentes en la corte castellana hasta el siglo XIV. Del substrato vasco proceden dos fenómenos fonéticos que serán característicos del castellano.
La introducción del sufijo -rro, presente en los vocablos carro, cerro, cazurro, guijarro, pizarra, llevaba consigo un fonema extravagante y ajeno al latín y a todas las lenguas románicas, que es, sin embargo, uno de los rasgos definidores del sistema fonético español; se trata del fonema ápico-alveolar vibrante múltiple de la (r).

La otra herencia del vasco consiste en que ante la imposibilidad de pronunciar una f en posición inicial, las palabras latinas que empezaban por ese fonema lo sustituyeron en épocas tempranas por una aspiración, representada por una h en la escritura, que con el tiempo se perdió: así del latín farina > harina en castellano, pero farina en catalán, italiano y provenzal, fariña en gallego, farinha en portugués, farine en francés y faina en rumano; en vasco es irin. La lengua árabe fue decisiva en la configuración de las lenguas de España, y el español es una de ellas, pues en la península se asienta durante ocho siglos la dominación de este pueblo. Durante tan larga estancia hubo muchos momentos de convivencia y entendimiento. Los cristianos comprendieron muy pronto que los conquistadores no sólo eran superiores desde el punto de vista militar, sino también en cultura y refinamiento. De su organización social y política se aceptaron la función y la denominación de atalayas, alcaldes, robdas o rondas, alguaciles, almonedas, almacenes.


Aprendieron a contar y medir con ceros, quilates, quintales, fanegas y arrobas; aprendieron de sus alfayates (hoy sastres), alfareros, albañiles que construían zaguanes, alcantarillas o azoteas y cultivaron albaricoques, acelgas o algarrobas que cuidaban y regaban por medio de acequias, aljibes, albuferas, norias y azadones. Influyeron en la pronunciación de la s- inicial latina en j- como en jabón del latín 'saponem'. Añadieron el sufijo -í en la formación de los adjetivos y nombres como jabalí, marroquí, magrebí, alfonsí o carmesí. Se arabizaron numerosos topónimos como por ejemplo Zaragoza de "Caesara(u)gusta", o Baza de "Basti". No podría entenderse correctamente la evolución de la lengua y la cultura de la península sin conceder al árabe y su influencia el lugar que le corresponde. Si consideras que esta información es insuficiente o estás interesado en conocer más de la historia del idioma español, por favor envíame un correo y con gusto ampliaré el tema.

12. ¿Castellano o Español?

Esta lengua también se llama castellano, por ser el nombre de la comunidad lingüística que habló esta modalidad románica en tiempos medievales: Castilla. Existe alguna polémica en torno a la denominación del idioma; el término español es relativamente reciente y no es admitido por los muchos hablantes bilingües del Estado Español, pues entienden que español incluye los términos valenciano, gallego, catalán y vasco, idiomas a su vez de consideración oficial dentro del territorio de sus comunidades autónomas respectivas; son esos hablantes bilingües quienes proponen volver a la denominación más antigua que tuvo la lengua, castellano entendido como 'lengua de Castilla'.

En los países hispanoamericanos se ha conservado esta denominación y no plantean dificultad especial a la hora de entender como sinónimos los términos castellano y español. En los primeros documentos tras la fundación de la Real Academia Española, sus miembros emplearon por acuerdo la denominación de lengua española. Quien mejor ha estudiado esta espinosa cuestión ha sido Amado Alonso en un librotitulado Castellano, español, idioma nacional. Historia espiritual de tres nombres (1943). Volver a llamar a este idioma castellano representa una vuelta a los orígenes y quién sabe si no sería dar satisfacción a los autores iberoamericanos que tanto esfuerzo y estudio le dedicaron, como Andrés Bello, J. Cuervo o la argentina Mabel Manacorda de Rossetti. Renunciar al término español plantearía la dificultad de reconocer elcarácter oficial de una lengua que tan abierta ha sido para acoger en su seno influencias y tolerancias que han contribuido a su condición. Por otro lado, tanto derecho tienen los españoles a nombrar castellano a su lengua como los argentinos, venezolanos, mexicanos, o panameños de calificarla como argentina, venezolana, mexicana o panameña, por citar algunos ejemplos. Lo cual podría significar el primer paso para la fragmentación de un idioma, que por número de hablantes ocupa el tercer lugar entre las lenguas del mundo. En España se hablan además el catalán y el gallego, idiomas de tronco románico, y el vasco, de origen controvertido. Sergio Zamora B. Guadalajara, Jalisco, México 1999

13. El español ayer y hoy

En la formación del español cabe distinguir tres grandes períodos: el medieval, también denominado del castellano antiguo, fechado entre los siglos X al XV; el español moderno, que evolucionó desde el sigloXVI a finales del XVII, y el contemporáneo, desde la fundación de la Real Academia Española hasta nuestros días.

14. El castellano medieval

El nombre de la lengua procede de la tierra de castillos que la configuró, Castilla, y antes del siglo X no puede hablarse de ella. Por entonces existían cuatro grandes dominios lingüísticos en la Península que pueden fijarse por el comportamiento de la vocal breve y tónica latina o en sílaba interior de palabra como la o de portam que diptongó en ué en el castellano, puerta, y vaciló entre ue, uo y ua en el leonés y aragonés (puorta) y mozárabe (puarta). En términos generales, se mantuvo la o del latín (porta) en la lengua del extremo occidental, el galaico-portugués -del que surgiría el gallego y el portugués-, y en el catalán del extremo oriental, que ejercería su influencia posterior por las tierras mediterráneas, fruto de la expansión política.

El castellano fue tan innovador en la evolución del latín como lo fueron los habitantes de Castilla en lo político. A esta época pertenecen las Glosas Silenses y las Emilianenses, del siglo X, que son anotaciones en romance a los textos en latín: contienen palabras y construcciones que no se entendían ya. Las primeras se escribieron en el monasterio benedictino de Silos, donde para aclarar el texto de un penitencial puede leerse "quod: por ke", "ignorante: non sapiendo"; las Glosas Emilianenses se escriben en el monasterio de San Millán de la Cogolla o de Suso.


En el sur, bajo dominio árabe, hablaban mozárabe las comunidades hispanas que vivían en este territorio y conservaron su lengua heredada de épocas anteriores. La mantuvieron sin grandes alteraciones, bien por afirmación cultural que marcara la diferencia con las comunidades judía y árabe, bien por falta de contacto con las evoluciones que se estaban desarrollando en los territorios cristianos. En esta lengua se escriben algunos de los primeros poemas líricos romances: las jarchas, composiciones escritas en alfabeto árabe o hebreo, pero que transcritas corresponden a una lengua arábigo-andaluza.

De los cambios fonéticos que produjeron en esta época en el castellano, el más original consistió en convertir la f- inicial del latín en una aspiración en la lengua hablada, aunque conservada en la escritura. El primer paso para convertir el castellano en la lengua oficial del reino de Castilla y León lo dio en el sigloXIII AlfonsoX, que mandó componer en romance, y no en latín, las grandes obras históricas, astronómicas y legales.


El castellano medieval desarrolló una serie de fonemas que hoy han desaparecido. Distinguía entre una -s- sonora intervocálica, que en la escritura se representaba por s, como en casa, y una s sorda, que podía estar en posición inicial de palabra como silla, o en posición interna en el grupo -ns-, como en pensar o en posición intervocálica que se escribía -ss- como en viniesse.


Las letras ç y z equivalían a los sonidos africados (equivalente a ts, si era sordo, y a ds, si era sonoro), como en plaça y facer. La letra x respondía a un sonido palatal fricativo sordo, como la actual ch del francés o la s final del portugués y también existía correspondiente sonoro, que se escribía mediante j o g ante e, i: así dixo, coger, o hijo. Distinguía entre una bilabial oclusiva sonora -b-, que procedía de la -p- intervocálica del latín o b de la inicial sonora del latín (y que es la que hoy se conserva), y la fricativa sonora, que procedía de la v del latín, cuyo sonido se mantiene hoy en Levante y algunos países americanos.


Desde el punto de vista gramatical ya habían desaparecido las declinaciones del latín y eran las preposiciones las que señalaban la función de las palabras en la oración. El verbo haber todavía tenía el significado posesivo tener, como en había dos fijos y se empleaba para tener y para formar las perífrasis verbales de obligación que originarían a partir del siglo XIV los tiempos compuestos; por eso, entre la forma del verbo haber y el infinitivo siguiente era posible interponer otro material léxico, hoy impensable, como en "Enrique vuestro hermano había vos de matar por las sus manos".


Los adjetivos posesivos iban precedidos de artículo, como aún hoy ocurre en portugués; así, se decía los sus ojos alza. El español del siglo XII ya era la lengua de los documentos notariales y de la Biblia que mandó traducir Alfonso X; uno de los manuscritos del siglo XIII se conserva en la biblioteca de El Escorial. Gracias al Camino de Santiago entraron en la lengua los primeros galicismos, escasos en número, y que se propagaron por la acción de los trovadores, de la poesía cortesana y la provenzal.

15. El castellano moderno

La publicación de la primera gramática castellana de Elio Antonio de Nebrija en 1492, fecha del descubrimiento de América y de la toma de Granada por los Reyes Católicos, establece la fecha inicial de la segunda gran etapa de conformación y consolidación del idioma. A esta época pertenecen el cambio de las consonantes que altera y consolida definitivamente el sistema fonológico del español.


Desaparece la aspiración de la h, cosa que testimonia la versificación. Se funden en un único fonema la s sonora y sorda, prevaleciendo el valor sordo. Las consonantes ç y z pasan a ser el fonema fricativo (con pronunciación equivalente a ts) que se escribirá ç durante el siglo XVI y pasará a tener el valor de la z (con su pronunciación actual) en el siglo siguiente, con lo que de esta manera se resolvió la vacilación ortográfica c, ç, z. Las variaciones fonéticas que representaban x, g, j, se solucionaron también en favor del sonido velar fricativo sordo que en el XVII pasa a tener la pronunciación y grafía actuales de g y de j.


Desapareció asimismo la distinción -b-, -v- que se neutralizó en -b- durante el siglo XVI. En la morfología aparecieron los tiempos compuestos de los verbos, y se convierte en auxiliar el verbo haber. En la sintaxis el orden de los elementos de la oración se hace más rígido, y se anteponen los pronombres átonos a infinitivos y gerundios.


Desde el punto de vista del léxico adquirió una gran cantidad de neologismos, pues a estos momentos correspondió la expansión de Castilla y, por lo tanto, el contacto con otras culturas. Consiguió consolidarse como lengua dominante frente a otros dialectos peninsulares al llevarse a cabo la unidad política de Castilla y Aragón y ser el castellano la lengua de los documentos legales, de la política exterior y la que llegó a América de la mano de la gran empresa realizada por la Corona de Castilla, ya fijada en la gramática normativa de Nebrija. A partir de los primeros momentos del siglo XVI se prefirió la denominación de española para la lengua del nuevo imperio, y la preocupación de los intelectuales del momento se refleja en la enorme tarea de sistematizarla, analizarla y divulgarla.


Lo demuestran la publicación del gran Diccionario de Alcalá, obra de la Universidad Complutense creada por Cisneros; la aparición de la Minerva de Francisco de las Brozas, conocido por El Brocense, que es una gramática normativa y descriptiva más moderna que la realizada por el grupo francés de Port Royal, y, a principios del siglo XVII, la publicación del Tesoro de la lengua castellana o española (1611) de Sebastián de Covarrubias, primer diccionario de la lengua, que contiene cuanta información histórica y sincrónica había disponible en el momento de su publicación.


En Francia, Italia e Inglaterra se editaban gramáticas y diccionarios para aprender español, que fue la lengua diplomática hasta la primera mitad del sigloXVIII. En esta etapa de la lengua se llegó al esplendor literario que representan los autores del siglo de oro. El léxico incorpora palabras originarias de tantas lenguas como contactos políticos tenía el imperio. Del italiano entran en el español desde el sigloXV al XVII los nombres de la métrica y preceptiva literaria como soneto, asonante, silva y lira, palabras relacionadas con las bellas artes como fachada, escorzo, medalla, piano.
De otros campos léxicos son italianismos de la época centinela, alerta, escopeta, aspaviento, charlar, estropear y muchas más. Son galicismos paje, jardín, jaula, sargento, forja o reproche. Los americanismos, que comienzan a entrar en el sigloXVI, ofrecen una lista referida a las realidades que en Europa no se conocían y que son españolismos tomados por las lenguas europeas como patata, cóndor, alpaca, vicuña, pampa, puma, papa (denominación afincada en Canarias para patata), que proceden del quechua y el guaraní. Los términos más antiguos, como canoa, ya citado en el diccionario de Nebrija, proceden de los arawak. A este conjunto pertenecen huracán, sabana, maíz, cacique, colibrí, caribe, enagua y caníbal. De la familia de lenguas náhuatl habladas por los nahuas, se incorporan hule, chocolate, tomate, cacao, aguacate y petate.

16. El español contemporáneo

En el año 1713 se fundó la Real Academia Española. Su primera tarea fue la de fijar el idioma y sancionar los cambios que de su idioma habían hecho los hablantes a lo largo de los siglos, siguiendo unos criterios de autoridad. En esta época se había terminado el cambio fonético y morfológico y el sistema verbal de tiempos simples y compuestos era el mismo que ha estado vigente hasta la primera mitad del siglo XX.

Los pronombres átonos ya no se combinaban con las formas de participio y, gracias a la variación morfológica, los elementos de la oración se pueden ordenar de formas muy diversas con una gran variedad de los estilos literarios, desde la mayor violación sintáctica que representan el barroco del siglo XVII, los poetas de la generación del 27 y el lenguaje publicitario, hasta la imitación de los cánones clásicos, también violentadores del orden del español, que incorporaron los neoclásicos o los primeros renacentistas.
Coincidiendo con otro momento de esplendor literario, el primer tercio del siglo XX, aparecieron las nuevas modificaciones gramaticales que aún hoy están en proceso de asentamiento.

De ellas cabe citar: la reducción del paradigma verbal en sus formas compuestas de indicativo y subjuntivo, la sustitución de los futuros por perífrasis verbales del tipo tengo que ir por iré, la práctica desaparición del subjuntivo, la reduplicación de los pronombres átonos en muchas estructuras oracionales y con verbos de significación pasiva, que están desarrollando una conjugación en voz media como en le debo dinero a María; la posposición casi sistemática de los calificativos, la reducción de los relativos, prácticamente limitados a que y quien en la lengua hablada. Junto a ello, la irrupción continua de neologismos, que nombran innovaciones técnicas y avances científicos, tiene dos momentos: los anteriores a la mitad del presente siglo, que contienen raíces clásicas como termómetrotelevisiónátomo, neurovegetativo, psicoanálisis o morfema, y los neologismos apenas castellanizados, siglas y calcos del inglés y fruto de la difusión que de ellos hacen las revistas especializadas, la publicidad o la prensa, como filmar, radar, módem, casete, anticongelante, compacto, PC, o spot.
 

LENGUAJE VISUAL







Las imágenes y el artículo han sido recogidos de la revista S MODA, suplemento del periódico el país.
También en el mundo del lenguaje visual nuestro mundo ha experimentado un gran cambio.
Ahora el lenguaje visual es utilizado por todas las redes sociales a través de emoticonos. Con estos símbolos somos capaces de comprender lo que el emisor nos quiere transmitir sin necesidad de palabras.
En las imágenes se puede observar que estos emoticonos también se han unido a un espacio muy importante para las personas, el de las relaciones personales.
Ahora veremos las ventajas y los inconvenientes que tiene su uso.

VENTAJAS

-Nos permite decir algunas cosas que no nos permite decir el lenguaje escrito con exactitud
-Es una forma de comunicación muy extendida que hasta los pequeños de la casa pueden comprender
-Es un método muy eficaz de mensajería instantánea que nos ahorra tiempo en dar explicaciones.

                                                              INCONVENIENTES
-La dependencia del lenguaje visual sería un inconveniente a la hora de mantener una conversación, hacer exámenes en la universidad, institutos...

*Como se puede ver esto no es algo que no hayamos inventado, también se muestra en las revistas como la que la de las imágenes. Todo el mundo de hoy en día gira en torno a estas ideas